Como desconocidos



Como desconocidos

Allí estábamos, mirándonos como desconocidos
que saben que su adiós está cada vez más cerca.
El viento agitaba tus cabellos y arrastraba
las lágrimas que no llegué a derramar en tu presencia.
Nos agarramos de la mano con desesperación
soñando que si apretábamos con la suficiente fuerza
nada podría separarnos a uno del otro,
ni siquiera los sentimientos de nuestras cabezas.
Pero ahora tu ausencia la llenan los ecos
del vacío que dejó la profundidad de tu esencia,
y resuenan sin descanso en las paredes
como si buscaran encontrarte en mi conciencia.
El polvo que se acumula en mi encimera
son las cenizas del fuego de la caldera
que dejé de alimentar al dejarme libre
sabiendo que jamás a regresar fueras.

S.C.D.

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